miércoles, 20 de febrero de 2013

Miércoles, día sagrado


Símbolo de la modernidad son los supermercados. Si bien es cierto que aún muchos mexicanos compran sus víveres en mercados y tianguis, los tiempos han cambiado, las grandes aglomeraciones de personas comprando comestibles no se arremolinan ya en el mercado Tlatelolco como lo describía Bernal Díaz del Castillo; ahora, en el siglo XXI, saturamos los pasillos de frutas y verduras de la Comer. Efectivamente, digo saturamos porque, aunque yo no soy una “experta”, también he aprovechado sus grandes ofertas.

Semana a semana miles de amas de casa esperan fervorosamente la llegada del día más especial; ¿el domingo?, para nada,  el miércoles es el nuevo día santo. Efectivamente, el miércoles de plaza es aquel día en que se presentan milagros que se multiplican por toda la República (excepto en Baja California, ya que ahí ocurre veinticuatro horas antes, el martes); precios tan bajos que permiten que la "reina del hogar" se dé un gustito con lo que ahorra.

Día milagroso es el miércoles, fecha en la que la cadena mexicana de autoservicios, cual dios omnipotente, es capaz de reducir los costos de los comestibles  —que dicho sea de paso, se elevan día a día gracias a la alza en los combustibles, el bajo rendimiento de las cosechas, las heladas y las sequías, la inflación, etcétera—,  a pocos pesos con noventa centavos.

Así pues, la sandía cuesta tan sólo $5.90, el aguacate $19.90, la naranja 8.90, la calabaza de Castilla (actualmente es verdura de temporada) 8.90 el kilo. Si el pelícano naranja es benevolente y misericordioso, tras llegar a un lucrativo convenio con los desesperados productores que le ofrecen su mercancía en consignación, tal vez me  encuentre mañana el elote a 90 centavos la pieza.

El llamado a participar de este día de regocijo y ahorros se transmite, al igual que ocurriera hace miles de años con la palabra de Dios, a través de un profeta. En este caso, Jackie Bracamontes, con su angelical sonrisa, exhorta durante los segmentos comerciales de telenovelas y noticieros a las "expertas" a acudir al día siguiente a comprar en la Comer. Palabras sacramentales salen de su boca: "la mejor calidad, al mejor precio". Lo mejor de su mensaje, quienes tienen la razón, ante todo y por todo, son las expertas.

Empujones, rebatingas, carritos que se desbordan de mercancías a lo largo de interminables filas, centavos ahorrados y otros acumulados en el monedero naranja constituyen la postal que retrata este día mágico. ¡Viva el miércoles santo!, perdón, era Miércoles de plaza.

Javier Soto Ortega